viernes, 28 de mayo de 2010

Re- mi- ni (E) scencias


Tú no lo sabes, no lo entiendes aún no comprendes, pero cuando enunciaste palabras para mi ser, este se re-construyó, tomo vida, dió verdad de formar seres, tú ahí sonriente, plasmado en la tristeza del mundo cotidiano, alegre, transigente, inteligente y un poco ente, tus regalos fueron los dedos de una mano que permitía a través de los ojos etílicos conformar la creencia en lo humano, yo decidida a convertirme en voluntario de heridos de guerra, o de salvadores de las termitas en el polo sur, si tu así lo deseabas, tu acompañante de almohada infinita, tus lágrimas me tocaron el corazón y en mis mas remotos recuerdos de construcción y renacimiento es tu sonrisa la que visita mis sombras de autismo, los deseos de que tus brazos grandes y tus besos cálidos me atrapen trasnochada me hieren en lo cotidiano, una esperanza de que vuelvas a mi puerta y preguntes sobre el día, sobre la historia de los sádicos y verdugos de la humanidad y que encuentres una sonrisa de sarcasmo de un dolor que a los dos nos atañe, ese instante, olor de tu respiración, me permitió saber con quién quiero dormir la eternidad. No dejes de acudir a mis ensoñaciones, porque puedo pensar que eres el deseo de respirar cada mañana.
Me recuerdo en un ligero vuelo de azúcar, tus labios en mi oreja diciendo que amas una luz que hace cálido tu corazón, y en paralelo la caja de pandora que encarcela tu alma se hace libre al contacto con mis ojos. La noche fue testigo y escenario de dos almas desconcertadas por encontrarse.
Estúpidas enamoradas se les llama a las locas que no se adhieren a un proceso de raciocinio para decidir lo que conviene, supongo que esa parte de comodidad cortina sirve para esconder la fuente donde se esconden los deseos.

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